Actividad o Deporte con tu perro

6 de marzo de 2025

Muchos propietarios confunden la necesidad de ejercicio de su perro con actividades de alto impacto. En La Caseta del Dolç te explicamos cómo cubrir realmente las necesidades físicas y mentales de tu compañero peludo, evitando el estrés innecesario.

Ejercicio en perros: por qué no todo se trata de correr y saltar

Cuando trabajamos con familias, a menudo surge una pregunta: ¿cuánto ejercicio necesita realmente mi perro? Existe una idea generalizada de que ejercitar al perro implica necesariamente correr, saltar, perseguir una pelota o practicar agility sin descanso. Sin embargo, estas actividades de alto impacto no siempre son la mejor opción, ya que pueden generar altos niveles de estrés, perjudicando así el bienestar de nuestra mascota.

Los perros de hoy no son lobos

Los perros en estado natural rara vez gastan mucha energía en actividades intensas de forma constante. En realidad, estas situaciones solo ocurren en circunstancias puntuales, como en la caza de presas, y no son frecuentes ni prolongadas en el tiempo. Aunque nuestros perros compartan un ancestro con el lobo, llevan más de 15.000 años adaptándose a estilos de vida más tranquilos y sedentarios junto a los humanos.

El problema del ejercicio intenso y el estrés

Cuando un perro corre, salta y juega de forma excesiva, su nivel de excitación aumenta. Esto no siempre es beneficioso, ya que podría desencadenar estrés crónico. ¿Por qué sucede esto?

  1. Liberación excesiva de adrenalina: Al realizar ejercicios muy intensos, se produce un pico de hormonas del estrés. Si la rutina se repite sin descanso suficiente, el perro puede permanecer en un estado de tensión continua.
  2. Sobreestimulación: Muchas veces, al correr y saltar sin parar, el perro no tiene oportunidad de calmarse y olfatear, actividades que resultan muy importantes para su bienestar mental.
  3. Menor disfrute del paseo: Un ritmo frenético impide que el perro explore, huela y se relacione con su entorno, perdiendo gran parte de la experiencia que realmente los beneficia.

Ejercicio equilibrado: paseos y estimulación mental

La clave para el bienestar de tu perro es combinar paseos relajados con ejercicios moderados. Estos son algunos consejos:

  1. Paseos de calidad: Dedica al menos una hora al día para caminar con tu perro a un ritmo tranquilo. Deja que olfatee y explore. Esto no solo estimula su cuerpo, sino también su mente.
  2. Actividades variadas: Además de pasear, puedes practicar juegos de búsqueda (esconder premios o juguetes) o juegos de rastreo. Este tipo de desafíos fomentan la concentración y sacian sus instintos sin resultar demasiado intensos físicamente.
  3. Entrenamiento positivo: Aprovecha los paseos para reforzar la obediencia básica: practicar la llamada, sentarse, quedarse quieto, etc. Incluir estas rutinas mentales en el ejercicio reduce el estrés y mejora la comunicación entre perro y tutor.
  4. Descansos adecuados: Al igual que las personas, los perros necesitan periodos de calma y sueño reparador tras la actividad física. Una buena sesión de ejercicio o paseo debe ir seguida de un rato tranquilo en casa para que el perro se recupere.

¿Cuánta actividad física necesita realmente mi perro?

Depende de la edad, tamaño, raza y salud general, pero en líneas generales:

  • Perros adultos activos: una o dos caminatas diarias de entre 30 minutos y una hora cada una, combinadas con juegos o actividades mentales en casa.
  • Perros senior o de bajo nivel de energía: paseos más cortos, con un ritmo pausado y adaptado a sus necesidades. El objetivo es mantener movilidad y estimulación sensorial.
  • Cachorros: paseos más frecuentes, pero de menor duración. Su cuerpo aún está en desarrollo, así que no conviene sobrecargarlos.

Revisar nuestras rutinas y encontrar momentos de calidad

Si notas que tu perro está más estresado, reactivo o tiene más dificultades de lo habitual, es buena idea revisar las actividades que realizáis juntos. Comprueba cuánta parte de ese tiempo está dedicada a caminar, a explorar, a oler y a descansar, y cuánta está enfocada en actividades de alto impacto que puedan sobreexcitarlo.

Siempre que sea posible, busca lugares relativamente naturalizados para pasear, donde tu perro pueda estar tranquilo, oler con libertad y caminar a su propio ritmo. Además, recuerda que tú también cuentas en esos paseos: dedicar de 10 a 20 minutos a sentarte con él, compartiendo un rato de calma, es un gran aporte a la relación y al bienestar de ambos.

NOTA

Un perro necesita ejercicio regular, sí, pero no necesariamente ejercicios de gran impacto. El mejor aliado para la salud mental y física de tu perro es un paseo largo, relajado y lleno de oportunidades para olfatear y explorar. Añade un toque de juego suave, retos de olfato o entrenamiento positivo para satisfacer sus necesidades etológicas. Con estos cuidados equilibrados, tendrás un perro más sano, contento y con menores niveles de estrés. ¡Recuerda que la clave está en la variedad y la moderación!

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